domingo, 11 de noviembre de 2012

Los olvidados del caucho

Miles de indígenas murieron extrayendo caucho en la zona del Putumayo a finales del siglo XIX y XX. Poco se sabe de este trágico episodio que marcó la historia de cientos de boras, huitotos, ocainas, andoques y muinanes que aún sufren la tortura en el olvido.


Mujeres boras luciendo diseños corporales que se pintaban para ocasiones especiales

La demanda por el caucho nace en 1839, cuando Charles Goodyear crea el proceso de vulcanización de este material, haciéndolo más resistente. La goma elástica era abundante en países como Colombia, Brasil y Perú, siendo estos los protagonistas de la fiebre del caucho. Fue tan importante su influencia en la economía peruana que entre 1900 y 1902 significaba el 12% de las exportaciones nacionales. Nuestra amazonía fue vista como un paraíso de árboles productores de dinero. El caucho era utilizado como materia prima para producir llantas y por la creciente industria automovilística de la época se intensificó la búsqueda de este material.

Los indígenas eran esclavos de los
jefes de campamento
Iquitos, un pequeño puerto fluvial de 400 pobladores, se convirtió en 1960 en el centro de explotación donde ésta creció a 9 mil habitantes. Sólo en las memorias de las personas mayores de la localidad quedan las imágenes atroces de torturas cómo hermanos suyos siendo castigados en el cepo, amarrados a un árbol y azotados, cortados en la oreja,  hubo incluso a quienes les cortaban un pedazo de carne de la nalga y todo esto por no traer suficiente caucho a los jefes de los campamentos, quienes ganaban una comisión de acuerdo a la mayor cantidad recogida. En Loreto, se empezó a explotar el caucho en 1881 por el riojano Julio César Arana.

Aunque fueron mostrados desnudos
 los  pobladores  usaban  túnicas de lino
Detrás de la resplandeciente abundancia de tan preciada materia prima la realidad era otra, explotación y maltratos fueron vividos en carne propia por los indígenas quienes fueron secuestrados y trasladados forzosamente, torturados y asesinados. Los hombres de Arana se encargaban de buscar a las poblaciones más aisladas donde violaban a las mujeres, mataban a los niños, prendían fuego y ahogaban en el río a los hombres que se oponían a ser sometidos.


Sir Roger Casement


Benjamín Saldaña, periodista del periódico iquiteño La sanción y La felpa denunció los abusos en 1907. La noticia rebotó internacionalmente. Arana era asociado de empresas británicas, el gobierno inglés envío a sir Roger Casement al Putumayo a investigar las denuncias. Casement confirmó los maltratos. Julio César Arana en su defensa declaró que los indígenas eran personas salvajes e incivilizadas presentando fotos trucadas en la que se les mostró como caníbales, gente peligrosa y sin moral.



En 1914 empezó a apagarse la fiebre del caucho, pues los ingleses robaron semillas y las implantaron en sus colonias asiáticas. Así se fue olvidando con el tiempo aquella historia de horror y tortura que hoy apenas se encuentra en los textos escolares. 






viernes, 2 de noviembre de 2012

Un ‘Watussi’ en Australia



Oscar Jimenez, colombiano y barranquillero de corazón residente en Australia, viaja por el mundo llevando consigo su alegría y contagiante música de fusiones afrolatinas. Él visitó nuestro país para hacernos bailar a ritmo de una buena causa.



En el escenario es una explosión musical de sabor latino, su alegría y energía que irradia nos invita a bailar y unirnos a la fiesta cual carnaval en Colombia, su tierra. Así es Oscar Jimenez Alvarez, cantante, compositor y productor musical que se ha ganado al público europeo con su música, que fusiona rock con ritmos latinos.

Creció empapado de ritmos como la cumbia de su natal Colombia, y no esperó la acogida tan positiva que tuvo su música ante el público extranjero. “Creo que la música latina tiene esa fuerza y esa energía de conectar”, dice convencido Jimenez quien se siente muy bien cuando corean, gritan y bailan a ritmo de sus fusiones afrolatinas.

Pero, ¿cómo llego nuestro entrevistado a Australia? Jimenez nos cuenta que viajó a la lejana Australia en el 2000 a estudiar producción musical. Ya graduado tres años después, se le presentaron oportunidades que prolongaron su estadía. Su banda Watussi nace en el 2004, cuando grabó un demo junto a compañeros australianos que comparten algo de la cultura latina.

“Watussi fue por decisión unánime el nombre que mas nos gustó”, narra el cantante. ‘Watussi’ es una coloquial frase que popularizo el compositor Rey Barreto a la que se le dio el significado de ‘el hombre más guapo de la habana’. Y con esa misma seguridad y galantería, los integrantes de watussi fueron conquistando al público australiano inicialmente.

Es así como Oscar Jimenez junto con watussi va creciendo y haciendo bailar al público en diferentes países como Japón, Korea, Malasia y como dejar de visitar también países latinoamericanos, entre ellos Perú. “De cada país busco conectarme musicalmente”, nos cuenta Jimenez demostrando su pasión por la música a la que el define como un ‘lenguaje universal’.

Ahora tiene proyectos como solista y en su último álbum ‘A distancia’ busca transmitir un nuevo mensaje “En este último álbum estoy lanzando canciones que tienen mucho que ver con mi familia y mucho con la distancia (…) esta nostalgia la transformo en canciones y es la mejor forma de canalizar este sentimiento” dice el cantante sobre la inspiración de sus letras.


ESPÍRITU ALTRUISTA

Oscar Jiménez visita el Perú nuevamente, tras la primera vez de pisar tierras peruanas en su tour en el 2010, se llevó una buena impresión de la escena musical en nuestro país. Él encontró variedad de oportunidades para los artistas, así como también buenas propuestas de grupos nacionales como La Sarita y Novalima con quienes ya ha compartido escenario en otros países.

Jimenez ha participado en varios conciertos en beneficio de una causa. Entre ellos para Amnistía Internacional y para los refugiados en Australia. Esta vez su compromiso social lo impulsó a colaborar con Yayachaywawa, una asociación sin fines de lucro que vela por la educación de los niños del AAHH Nuevo Amanecer en Chorrillos.

Nuestro entrevistado se comprometió verdaderamente con la causa y compartió junto a estos niños, conociéndolos, y tocándoles un poco de música para calentar el frío clima de Chorrillos. Él es consciente de la oportunidad que tiene de ayudar como artista y la aprovecha al máximo.
“Creo que los niños siempre serán el futuro”, nos cuenta el entrevistado y se va bañado de experiencias que lo inspiran para transmitir en sus canciones un mensaje de esperanza y solidaridad. El evento fue un éxito, todos cantaron y bailaron a ritmo de su música, “Cuando el músico esta por un interés social transforma la energía de la noche” nos explica.

Oscar Jimenez tiene entre sus planes regresar a  grabar un disco en Lima el próximo año, esperamos tenerlo nuevamente con su alegría, su música, su ritmo y sabor latino. No hay duda que ese espíritu altruista que lo mueve y tras su experiencia con Yachaywawa colabore nuevamente en mejorar la calidad de vida de los más necesitados.



LA FRASE

“Cuando haces un concierto con un sentido social, la energía cambia el escenario”
OSCAR JIMENEZ ALVAREZ
CANTANTE



ENTREVISTA PUBLICADA INICIALMENTE EN EL MES DE SETIEMBRE DEL 2012